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El denunciante manifiesta que el día uno de febrero del presente año, en ejercicio de sus labores, se constituyó a la Sub Regional de Soyapango de la Fiscalía General de la República, a fin de efectuar los actos de comunicación que le correspondía entregar en dicha institución.
Señala que el agente de seguridad de la referida oficina fiscal le manifestó que no lo podía dejar pasar, pues los agentes auxiliares se encontraban almorzando y que los esperara un momento.
Agrega que le permitieron ingresar a la mencionada oficina y fue recibido por la señora Mirna Rivas quien se mostró molesta por su presencia y por haberle interrumpido su horario de almuerzo, expresándole de forma prepotente y arrogante que no le podía recibir los actos de comunicación, pues estos no llevaban el número de expediente, por lo cual él insistió que los dejaría en el portón del lugar.
Indica que dicha servidora pública le exaltó la voz, le dijo que se callara y golpeó fuertemente con la palma de su mano el escritorio en el que se encontraba, comportándose de forma irrespetuosa.
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...el hecho atribuido a la servidora pública denunciada podría calificarse como una conducta reprochable desde el régimen de responsabilidades de los funcionarios y empleados de la Fiscalía General de la República regulado en el Titulo III capítulo IV de la Ley Orgánica de dicha entidad, que establece como infracción leve la falta de atención al público oportuna y diligente; pero la misma carece de tipicidad con relación a los deberes y prohibiciones éticos contemplados en la LEG.
En ese sentido, la situación planteada no se perfila como una transgresión a los deberes y prohibiciones éticos regulados en los artículos 5 y 6 de la LEG y, en consecuencia, no está sujeta a la competencia de este Tribunal.
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